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1ra. Travesía en Chascomús por las 7 Encadenadas

para Kayakistas exlusivamente
 

Sábado 27 y Domingo 28 de Abril de 2002

 
Organizado por:

Cámara de Producción, Industria y Comercio

LA NAVE New - www.chascomus.com.ar

Secretaria de Turismo y Deportes de Chascomús

Agrupación de Kayakistas de Chascomús
 

ESTO ES LO QUE PASÓ EN LA PRIMERA TRAVESÍA DE LAS 7 ENCADENADAS

 
Breve relato de la travesía por las encadenadas de Chascomús.
 
Salida:

A las lagunas encadenadas accedimos navegando por el Río salado partiendo desde el puente en la ruta Nº 29, paraje "El destino", en la localidad de Lezama. Allí, remontando la corriente del Río Salado hasta llegar a "La Isla", a unos 2 Km. desde la salida y virando a babor se accede al canal sin nombre que lleva a la laguna Las Barrancas. Después de navegar unos 30 minutos por dicho canal y, como el grupo era compacto y todos al alcance de la voz del capitán, hicimos una primera parada de 30 minutos para acomodar el equipo y ver qué pasaba con uno de los gomones de apoyo, puesto que el motor se paraba a cada rato. La suerte estaba a favor ya que en el grupo de kayakistas había un carburista de un turismo de carretera de Dolores, y allí se arremango Rodolfo y problema solucionado en 10 minutos.

 
 

Seguimos viaje y pasamos por un camino totalmente inundado y cuando estábamos sobre ese lugar advertimos que unos montículos que se veían, era el puente "La Horqueta", totalmente tapado por las aguas, pero a pesar de ello, todo el grupo pasó sin dificultad. Aprovechamos entonces para tomar un poco de agua y reagruparnos, de paso el vasco nos contó una experiencia de navegación con correntada en contra en el Mar de Las Antillas. Para ese momento eran casi las 11 de la mañana, y el hambre comenzaba a picar, no obstante faltaba casi una hora y media para llegar al punto señalado para hacer el almuerzo, así que seguimos al ritmo y a poco andar vimos una embarcación no definida con tres tripulantes que estaban en apuros..... ¡Qué sorpresa cuando nos acercamos!... era una canoa canadiense con pescadores que se habían hundido, todos estaban en el agua, mojados y peligrando sus vidas, dos tenían salvavidas y el tercero nada. Allí se los rescató como corresponde y de acuerdo a las leyes del mar. Los acercaron a la costa con los gomones así que.... por esta vez salvaron sus pellejos.

Con este contratiempo la flota estaba hambrienta así que apuramos el ritmo y llegamos al puente Santa María, donde finaliza la laguna Las Barrancas y comienza la laguna "Las Encadenadas".

 
 

Todos a desembarcar, algunos sacaban agua de los kayaks otros secaron sus remeras, y finalmente degustamos sandwichs, frutas, y por qué no un vasito de vino tinto que el amigo Alfredo Barragán llevó a bordo bien cuidado.

Llegó la hora de seguir así que el grupo se puso en marcha dejando atrás la acogedora costa y viento en popa, alcanzamos de pleno el corazón de las encadenadas. Allí nos sentíamos en el medio de la nada, no había ruidos, bocinas, ni semáforos, la navegación era tranquila y pasamos muy cerca de una usina láctea abandonada llamada "La fábrica" por todos los que han hecho alguna vez el recorrido, prácticamente indica el 50% del trayecto total.
 
 

Alternándose algunos momentos de descanso abordo, y contándonos experiencias iban pasando los kilómetros, hasta que llegamos al límite de la laguna "La Tablilla", (cave aclarar que como estaba todo inundado no se pueden observar algunos cursos de agua que normalmente unen las lagunas) y ya faltaba poco para llegar a la laguna "Chis Chis"; sabíamos que allí nos esperaba un reparador descanso y mejor aún, un asado. Para esa hora en el grupo ya se habían forjado inestimables amistades y promesas de recorridos en grupo. Eran casi las 17 horas, el sol se iba y no llegábamos a destino, pero las ganas y el deseo todo lo pueden así que sacamos fuerzas de no se donde y en un último arrebato sí llegamos hasta el campamento anhelado. El sol, ya se ocultaba cuando sacamos el último kayak del agua. Un día completo lleno de satisfacción.

 
Segundo día:

Corría el mate, las medias lunas de Atalaya y todos se entusiasmaban con el último tramo. Después del desayuno cargamos los kayaks con el equipo.... y al agua.

Salimos llenos de brío nosotros, pero un gomón dijo basta, así que seguimos con un solo equipo de apoyo. Los locales ya veíamos lugares conocidos; antenas altas de comunicaciones en el horizonte, y claro, parecía estar todo al alcance de la mano, pero rema que te rema y no avanzábamos casi nada.
 
 

Era que la correntada que incipiente pero continua estaba haciendo su trabajo. Para esto llego el momento del almuerzo, así que Andrés que capitaneó el segundo día buscó el mejor lugar para el almuerzo; una barrancas reparadas con árboles y pasto suave, el sol estaba bárbaro, así que nos bajamos como piratas del barco, y nos comimos todo lo que llevamos. Este lugar quedó bautizado en nuestras memorias como "barranca de los cocodrilos". Este punto era, según la cartografía, laguna Adela, por lo tanto sólo nos quedaba buscar el canal, navegar una hora y entrar en Laguna de Chascomús, pero la sorpresa fue cuando vimos que el puente estaba lleno de pescadores y no podíamos pasar sin molestar y ni hablar de pasar el gomón. Hubo que ingeniárselas con el imprevisto, así que navegamos paralelos al camino hasta detectar que no molestaríamos a nadie y pasar a pulso a los kayaks y el gomón.

 
 

Bueno... muy lindo todo pero a los pocos metros otra vez la misma operación, puesto que la compuerta de la laguna Chascomús era un enjambre de cañas y gente. Sorteados estos obstáculos y ya con la vista sobre la margen opuesta, nos propusimos disfrutar al máximo los últimos 4 Km. Navegamos muy despacio como queriendo que esto no termine jamás, uno al lado del otro. Pero la velocidad de crucero de los kayaks de travesía hizo su efecto y en una hora pudimos ver los rostros de nuestros amigos, seres queridos y curiosos que se agolpaban en la costa para dar una calurosa y afectuosa bienvenida a todo el grupo.

 
 
     
 
Susana Caquineau © 1999-2006